Fracturas pélvicas por estrés en corredores de larga distancia

Describimos cinco casos de fractura por estrés radiográficamente probada de la rama púbica en corredores serios, tres de los cuales eran maratonistas de élite. En otros dos casos en los que la radiografía no apoyó el diagnóstico clínico, hubo evidencia gammagráfica ósea de fractura por estrés. Otros cinco casos tenían la misma presentación clínica, pero el diagnóstico no se confirmó radiológicamente y no se realizó la gammagrafía ósea. La mayoría de los pacientes experimentaron molestias persistentes en la ingle durante cualquier actividad durante las primeras 4 semanas después de la lesión, pero todos se recuperaron completamente después de 8 a 12 semanas de reposo, en particular, evitando correr. Al igual que otros estudios, encontramos que la lesión se producía en corredores de competición, especialmente en mujeres, y era probable que se desarrollara durante carreras de competición o sesiones de entrenamiento intensivas. Sugerimos que el diagnóstico de fractura pélvica de estrés o síndrome de fractura de estrés puede hacerse con confianza, incluso en ausencia de evidencia radiográfica, si las siguientes tres características están presentes en un corredor de larga distancia que presenta dolor en la ingle: En primer lugar, la actividad provoca un malestar tan intenso en la ingle que resulta imposible correr. En segundo lugar, el atleta presenta molestias en la ingle al ponerse de pie sin apoyo en la pierna correspondiente al lado lesionado (prueba de bipedestación positiva). En algunos casos, el dolor es tan intenso que resulta imposible estar de pie sobre una pierna. En tercer lugar, la palpación profunda revela una sensibilidad extrema, exquisita y nauseabunda, localizada en la rama del pubis y no en los tejidos blandos suprayacentes. El diagnóstico puede confirmarse mediante una gammagrafía ósea, en los casos en que existan estas instalaciones.